Crisis económica, pobreza en el tercer mundo, pobreza cercana, niños sin regalos.
Pese a todo ello, muchos seguimos mirándonos al ombligo y haciendo abstracción de la realidad.
Los políticos nos venden humo, las iglesias resignación, las televisiones consumo, y nosotros nos conformamos con practicar la formulas el avestruz, ignorar la realidad y esconder la cabeza debajo del ala.
En estas fechas de diversión y consumo, acordémonos de quienes sufren y no tienen posibilidades de acceder a todo aquello que a los demás nos parece normal.